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Huevos de gallinas alimentadas a base de maíz
¡Feliz Día de la Tortilla de Patatas!

¡Feliz Día de la Tortilla de Patatas!

Con cebolla, sin ella, con pimientos, con chorizo… es uno de los platos más icónicos (y sabrosos) de la gastronomía española, aquí y en todo el mundo. Este 9 de marzo celebramos el Día Mundial de la Tortilla de patatas y queremos contarte algunas curiosidades sobre cómo ha llegado a ser una comida imprescindible en nuestras casas.

Origen

Como todo, esta mezcla de patatas, huevo y aceite tiene un punto de origen. Aunque son muchas las teorías que existen sobre los comienzos de la tortilla de patata, hay una que destaca sobre las demás: surgió como una opción nutritiva y económica para alimentarse.

La leyenda más extendida sitúa su origen en el 1835, en las Guerras Carlistas, durante el sitio de la ciudad de Bilbao.  El general Tomás de Zumalacárregui buscaba un plato sencillo, rápido y nutritivo con el que saciar a sus tropas, y surgió la tortilla de patatas.

Otra versión va más atrás, concretamente al año 1798 y a Villanueva de la Serena (Badajoz). El marqués de Robledo quería también un alimento barato para paliar las hambrunas, y con la ayuda de algunas mujeres, dio con esta receta.

Trucos para una tortilla de patatas perfecta

Sea cual sea su origen, y su inventor, agradecemos este manjar que nos alegra el paladar de formas muy variadas. Pero, ¿cómo conseguir una tortilla de patatas perfecta? Te contamos algunos trucos, apunta: 

Lo primero, y fundamental, es la calidad de la materia prima. Los huevo, por supuesto, de gallinas alimentadas con maíz, como los de Demillo, que le darán un bonito color amarilla de manera natural y un sabor inigualable. Respecto a las patatas, aunque seguro que alguna vez has caído en la rápida tentación de usar patatas fritas de bolsa, si de verdad quieres una tortilla de patatas 10, toca pelar. Y según los expertos, la mejora variedad de patatas para este plato son las tipo Kennebec, que no tienen tanta agua como el resto. Por último, el aceite, de oliva suave. 

Y con estos tres ingredientes y una pizca de sal, ya te puedes poner manos a la obra: corta las patatas en láminas de unos 3 mm; póchalas en una sartén con abundante aceite a fuego lento, hasta que estén blandas y ligeramente doradas; bate los huevos (que deben ser los suficientes para que las patatas puedan bailar y no quede una masa espesa); mezcla patatas y huevo, añade sal… y a cuajar.

El cuajado es el momento clave. Los grandes chefs dicen que una tortilla de patatas debe estar cuajada por fuera, pero jugosa y cremosa por dentro, con el huevo un poco líquido. Usa una sartén antiadherente, con un poco de aceite muy caliente. Echa la mezcla de patatas y huevo, deja que se cuaje un poco y dale la vuelta y repite por el otro lado. En cuanto la tortilla baile en la sartén, ya la puedes sacar. 

Variedades para todos los gustos

Además  del clásico dilema de “con o sin cebolla”, hay variedades de tortilla para todos los gustos. Están las más clásicas: tortilla de patatas con cebolla y la tortilla paisana, hay algunas mucho más atrevidas. 

Te dejamos algunas de nuestras recetas para que tomes apuntes y puedas darle un toque diferente a tu tortilla, y celebrar este día: pimientos de padrón, boniato y cebolla, pimientos y chorizo

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