¿Buscando un rincón especial para hacer pasar un día al aire libre con la familia o los amigos? Galicia está llena es espectaculares lugares donde plantar manta, cesta y disfrutar de una comida al aire libre. En plena naturaleza, en la playa, en la ciudad, a orillas de un río… Aquí te dejamos una selección de rincones para que este verano te hagas un tour por las cuatro provincias.
Un enclave perfecto para un día de playa y comida en familia. A medio camino entre A Coruña y Ferrol, esta playa en la Ría de Ares cuenta con todos los servicios de una playa semi-urbana. Arena blanca, aguas tranquilas y poco profundas. Junto a ella, un esplendoroso pinar con un merendero habilitado con mesas y bancos de madera para disfrutar a la sombra de un agradable picnic.
Si te apetece un día de plena naturaleza, este es el lugar: el bosque Atlántico costero mejor conservado de Europa y un parque natural lleno de rincones especiales. Puedes visitar el antiguo monasterio de Caaveiro, uno de sus lugares más mágicos y misteriosos, disfrutar de su vegetación autóctona, hacer alguna de las numerosas rutas que hay en la zona y sentarte a comer en algún rincón a la sombra o en alguno de sus merenderos.
Es uno de los epicentros del surf en Galicia, pero también una preciosa playa de casi 2 kilómetros y una de las paradas del Camino Inglés. Está enmarcada en un precioso entorno natural, con laguna, dunas, un amplio pinar para comer a la sombra y un paseo marítimo que desemboca en un mirador. También cuenta con merenderos para poder organizar una comida sentados a la mesa y disfrutar del lugar.
A más de 300 metros sobre el nivel del mar, San Miguel de Breamo es un lugar de culto, leyendas y tradiciones. A los pies de su iglesia románica, antiguo monasterio agustino, encontramos una bonita zona de mesas enmarcadas en la naturaleza (que acoge también dos conocidas romerías en mayo y septiembre). Allí podrás disfrutar de una comida con amigos o con la familia.
Esta playa, enmarcada dentro del Camiño dos Faros, es una verdadera joya que no defrauda. Está a pocos minutos de Malpica y está muy resguardada del nordeste, por lo que es una buena opción para un día de viento. Y para comer, un pequeño merendero con mesas, sillas de piedra y barbacoas.
En el lugar de Reboredo, y a la orilla del río Mendo, encontrarás este idílico lugar. Allí podrás compaginar una comida campestres con senderismo, un baño y actividades infantiles. Esta área recreativa, concebida como un espacio activo, cuenta con una zona de merendero, playa fluvial, juegos para niños, un circuito de cuerdas y troncos y hasta una tirolina. Además, puedes hacer una pequeña ruta circular, muy fácil y también apta para los peques, orquecon puentes de madera, molinos y un entorno de ensueño. Una opción perfecta para un día de verano en familia.
En el concello de Coristanco, en la comarca de Bergantiños, encontrarás esta bucólica área recreativa. Un lugar con una belleza y un encanto especiales, donde podrás comer a la sombra de su autóctono bosque de ribera o dentro de alguno de sus antiguos molinos de piedra. En el entorno, islotes naturales y meandros que forma el río Anllóns, pasarelas y puentes de madera y un entorno de cuento en el que podrás disfrutar de una tranquila comida campestre con toda la familia. Eso sí, en verano está muy concurrido, así que si quieres encontrar sitio (en especial dentro de los molinos) tocará madrugar.
También en la ciudad se pueden encontrar bucólicos rincones para disfrutar de una tranquila comida al aire libre. Uno de los mejores ejemplos es el parque de Bonaval de Santiago de Compostela. La antigua finca y cementerio del convento dominico ha sido rehabilitada como parque urbano, que situado sobre una ladera ofrece unas espectaculares vistas de la ciudad y su catedral. No es un parque al uso; los muros, fuentes y caminos se han respetado y crean un espacio muy singular y diferente. El lugar perfecto para pasear, tumbarse a leer y organizar una comida campestre con la familia o los amigos.
A los pies de la Torre de Hércules y en el parque escultórico que la rodea podrás encontrar varias zonas con mesas en las que organizar tu comida campestre. Un entorno privilegiado en medio de la ciudad de A Coruña, desde el que podrás bajar a bañarte a la playa de las Lapas, visitar la Torre (el faro romano más antiguo y el único aún en funcionamiento y Patrimonio de la Humanidad), buscar el norte en la Rosa de los Vientos, visitar el Cementerio Moro o pasear por este museo al aire libre, con unas inigualables vistas a la costa coruñesa, y con menhires, petroglifos y numerosas esculturas.
Este bonito arenal, enmarcado en un sistema dunar en la desembocadura del río Sieira, en Porto do Son, tiene una añadido perfecto para un día de playa con picnic incluido: el pinar de A Coviña. Allí podrás sentarte a comer en sus mesas y descansar a la sombra entre baño y baño, o entre ola y ola, porque esta playa es una de las más apreciadas y frecuentadas por los surfistas de la zona. También es un buen lugar para descansar y comer si te animas a hacer la ruta de As Furnas, un sendero de pasarelas de madera que te permitirá disfrutar del maravilloso paisaje de la zona.
La entrada a este islote del río Miño, en Outeiro de Rei, es un puente colgante de 30 metros. Un acceso diferente y divertido para un área con rutas, playa fluvial, merenderos y un paisaje espectacular. Puedes darte un baño en el río, recorrer el Sendero de pescadores (una pequeña ruta circular de 1,5 km) entre robles, fresnos y acebos y luego sentarte en su área recreativa a disfrutar de una comida al aire. Y muy cerca está el parque zoológico Marcelle, que también merece una visita.
A solo un km de Ribadeo encontrarás este espectacular rincón que acoge los dos faros de la localidad. Aunque el acceso a la isla suele estar cerrado, contemplarlo desde el mirador merece la pena porque las vistas son inigualables. Además, muy cerca encontrarás la playa de Rocas Blancas, una agreste y resguardada cala de arena fina, perfecta para darse un baño y tomar el sol. Y para el picnic, un gran prado con mesas, bancos y barbacoas.
Un pequeño paraíso en el interior de Lugo. Esta playa fluvial, rodeada de frondosa vegetación autóctona (robles, abedules, fresnos…), es perfecta para pasar un día de verano: bañarse en las aguas cristalinas del río Parga, hacer alguna de las rutas de senderismo que hay por la zona, pasear por sus pasarelas de madera y visitar el molino o el puente de Santo Alberte… y luego sentarse a comer tranquilamente en su merendero.
No es un monte cualquiera, ni un lugar más en el que sacar el mantel. En este monte, que en agosto acoge la romería de San Roque, podrás comer con una de las mejores panorámicas de la zona y sentarte en el mítico banco del mirador a contemplar las vistas sobre la ría y la villa de Viveiro, el puerto de Celeiro o las islas Coelleira y Gaveira. También puedes visitar la ermita, de finales del siglo XIV, y la Cova do Santo (protagonista de alguna que otra leyenda en la zona). El área está equipada con zona juegos infantiles, aseos públicos, mesas de piedra y barbacoas.
En un meandro del río Eo, a 20 km de O Cádavo, encontraremos este rincón mágico, uno de los más bonitos del municipio de Baleira. Al lado del río y en un entorno completamente natural, es el lugar perfecto para organizar una comida campestre y una jornada al aire libre. Desde su mirador podrás disfrutar de una maravillosas vistas sobre el caprichoso paisaje que ha creado la erosión fluvial. También podrás realizar alguna de las rutas que pasan por la zona, como la Ruta de la Mina que discurre al lado del río hasta una antigua mina de oro. Es también lugar de paso de una de las etapas del camino primitivo de Santiago.
Este entorno de Villalba, en la parroquia de Mourence, es perfecto para una jornada en familia y una comida al aire libre. Puedes disfrutar de una entretenida ruta literaria, el “Paseo dos soños”, y otras sendas para caminar al lado del Río Magdalena y entre vegetación autóctona. También hay un entretenido parque infantil, toboganes de agua y una playa fluvial para darse un chapuzón (aunque avisamos, el agua no es la más cálida). Y para la comida, un amplio merendero con mesas de madera en las que podrás extender el mantel y sacar tus recetas de romería.
Numerosas leyendas rodean a Pena de Rodas, lugar de culto desde hace siglos por las curiosas construcciones de piedra que salpican el monte. Dicen que las dos grandes rocas redondas que dominan el paisaje, a 600 metros de altitud, están llenas de alquitrán y oro, y que el que logre romperlas se hará rico. Visítalas e inténtalo, pero si no lo consigues, aprovecha el viaje para pasar una jornada de descanso en este entorno mágico, hacer la ruta de senderismo do Miradoiro da Terra Chá y para organizar una comida campestre en el merendero, con mesas de piedra y barbacoas, que encontrarás en la zona.
Un kilómetro de espectacular arenal natural, con aguas limpias y por lo general tranquilas, para pasar un gran día de playa en la Mariña lucense (ya casi en la frontera con A Coruña). Muy cerca del núcleo de O Vicedo, se accede a través de una senda bien señalizada. Allí, además de tomar el sol y bañarte, podrás disfrutar de unas preciosas vistas de O Barqueiro, pasear o explorar sus cuevas. Y para comer, puedes montar el picnic sobre la arena o sentarte en una pequeña zona de merendero.
Estas termas romanas son unas de las más auténticas y especiales que podrás encontrar en Galicia. El acceso es gratuito y podrás entrar a cualquier hora, incluso de noche. A una temperatura de 46º, sus aguas están indicadas para reuma, artritis, piel, aparato digestivo y vías respiratorias. La zona termal tiene bañeras, piscinas, un pequeño lago natural de agua caliente y, a pocos metros, los restos del campamento romano Aquis Querquennis, para pasear entre restos arqueológicos. Y al lado del centro de interpretación de este campamento, tienes una zona de caravanas con casi 30 plazas gratuitas, así como duchas y baños, en época estival. Y para comer, un merendero con mesas, bancos y barbacoa.
En el corazón de la Ribeira Sacra, en pleno Cañón del Río Mao, encontrarás esta espectacular ruta por pasarelas de madera. Un sendero fluvial en el que caminarás sobre el desfiladero, entre robles y abedules. Empieza y acaba en la conocida como Fábrica de la Luz (en Piñor), una antigua central hidroeléctrica., y discurre por el cañón hasta llegar a la unión de los ríos Mao y Sil. Luego, puedes seguir el camino por la ladera izquierda del Sil, pasear entre viñedos, pasar por A POrtela, A Teixeira y Cristosende para acabar de nuevo en la Fábrica de la Luz. Allí, en su zona de merenderos al lado del río, puedes disfrutar de tus recetas de pícnic.
Igual no es el mejor lugar para un picnic en familia, pero este espacio natural cercano a Ribadavia merece una visita y una comida al aire libre (aunque solo sea un bocadillo). También puedes comer en el área recreativa que hay cuando llegas, para luego adentrarte en el sus caminos y escalinatas de piedra, darte un baño en alguna de sus pozas y cascadas e ir ascendiendo entre la vegetación. Eso sí, olvídate de las chanclas y lleva un calzado apropiado para terreno resbaladizo.
Allariz es uno de los pueblos más bonitos de Ourense, con un montón de rincones para comer al sol. Y para una jornada de río, comida y chapuzón, la playa fluvial de Acearrica es un lugar perfecto. Coloca la manta, saca tus recetas de romería y a disfrutar de una jornada de sol, río y comida campestre. Es un espacio amplio donde podrás buscar una sombra y bañarte. Además es un lugar perfecto para ir con niños, porque el río es poco profundo y no habrá peligro.
Dicen que esta zona permanece inalterable desde los tiempos del emperador Trajano. Naturaleza, rutas de senderismo a las orillas del río Bibei y uno de los puentes romanos mejor conservados de Galicia: el puente de Trajano. Y poco antes de llegar al puente, saliendo del municipio de Trives en dirección a Quiroga, una bonita playa fluvial y un área recreativa con mesas, bancos y una cabaña de madera. Allí podrás montar tu picnic y disfrutar de una tranquila jornada de comida, descanso y baños en el río. Y si quieres una jornada más activa, también hay varias rutas para realizar por las inmediaciones.
Si Ribadavia ya es un paraíso en sí misma, esta playa fluvial es uno de sus rincones más bonitos y más frecuentados en la comarca de O Ribeiro para darse un baño, refrescarse, pasear o relajarse mirando las cascadas. A menos de un kilómetro de la villa, esta área en la que desemboca el arroyo Maquiáns cuenta con aparcamiento, piscinas, parque y otras zonas recreativas para pasar el día en familia. También tiene una buena zona de merendero que es perfecta para montar el picnic mientras disfrutas de las magníficas vistas al río Avia.
En la ribera del río Arnoia, muy cerca del pueblo de Baños de Molgas, encontramos este parque que conecta con puentes de madera tres zonas: Ansuiña, Pitediña y As Mestras. El área cuenta con piscina, parque biosaludable, zona infantil y merendero acondicionado con mesas, bancos y parrillas. Antes de sentarte a comer no dejes acercarte a su carballo catalogado por la Xunta de Galicia como “árbol singular”. Y por la tarde, acércate a la villa y pasea por sus seductoras calles, con casas de piedra, balcones decorados y un precioso balneario.
Esta playa es la segunda más importante de Vigo. Cuenta con un arenal de 515 metros de longitud y es una de las preferidas por los jóvenes de la zona ya que cuenta con todos los servicios propios de una playa urbana. A un lado de la playa se encuentran los restos musealizados de la Villa romana de Toralla, unos yacimientos romanos recientemente reacondicionados.
A orillas del río Lérez, este paraje de ensueño es uno de los lugares más increíbles de la zona. Cuenta con riberas frondosas y una playa fluvial testigo de la unión del río Lérez con su afluente el Río Meneses. Además la zona de descanso y merendero junto a la ruta de los molinos lo convierten en un lugar perfecto para disfrutar y estar en contacto con la naturaleza.
En esta área recreativa encontramos uno de los miradores con la mejor panorámica de las Islas Cíes y la ría de Vigo. Cuenta con unas instalaciones perfectas para realizar un picnic y además, para los amantes del deporte, existen varias rutas de senderismo por los miradores de la zona que podrás hacer tanto a pie como en bicicleta
La Siradella es el punto más alto de la península de O Grove con un inceible mirador sobre la ría de Arousa y el Océano Atlántico. A Siradella dispone de un amplio merendero con parque infantil y numerosas rutas de senderismo con numerosos restos de la cultura castrense e incluso unas escaleras milenarias cuyo origen es todavía desconocido.
Para los amantes de la naturaleza en estado puro hay un paraíso en Galicia que no se puede dejar de visitar: las Cíes. En estas islas, casi vírgenes, encontrarás la galardonada como “la Mejor Playa del Mundo” por “The Guardian”. Además, rutas muy bien señalizadas, faros, miradores con unas vistas espectaculares y mucha naturaleza. Para comer, varios merenderos salpicados por distintas zonas. Eso sí, ¡cuidado con las gaviotas! Y si te quieres quedar a dormir, un camping en un enclave privilegiado de este espacio natural protegido.
En el extremo sur de la Ría de Pontevedra encontramos este espectacular entorno natural, con unas vistas alucinantes sobre la costa y la Illa de Ons. Para darte un baño, tienes las playas de Ancoradouro y Mourisca a solo dos minutos andando, y también puedes aprovechar para hacer una ruta de 4 kilómetros por el entorno de playas y acantilados. A la hora de comer, la zona tiene un área con bancos y mesas de piedra, barbacoas y una fuente. Siéntate, come y disfruta de las vistas, y si puedes, espera a la puesta de sol.
Entre Vilaboa y Marín, encontramos este paraíso natural que es perfecto para ir con niños. El lago es artificial (se creó en 1950), pero está rodeado por una rica flora y fauna que convierte el espacio en una auténtica escuela de naturaleza, perfecto para un paseo en familia y una comida al aire libre (en su merendero). Además, desde allí podrás hacer la ruta de las mámoas o acercarte al mirador de Cotorredondo, desde el que podrás disfrutar de una grandes vistas de la Ensenada de San Simón y las rías de Pontevedra, Vigo y Arousa.
En la Comarca de O Morrazo se esconde uno de los secretos mejor guardados de las Rías Baixas, un recóndito paraíso con puentes, acueducto, lavadero, molinos y su particular castillo encantado, camuflado entre musgo y enredaderas. Descubre este lugar mágico, que era el antiguo lugar de recreo de los condes de Aldán, mientras paseas entre robles, castaños, abedules y una gran variedad de vegetación autóctona. Por el camino te encontrarás bancos de piedra y mesas en las que podrás desplegar el mantel y sacar la comida.
La joya del Salnés siempre merece una visita en verano. La Illa de Arousa es uno de los lugares más paradisíacos del sur de Galicia, con preciosas playas y espacios naturales, como el Parque Natural de O Carreirón, y por supuesto lugares para hacer una comida al aire libre. El Mirador Con do Forno está en el punto más alto de la isla y ofrece unas espectaculares vistas sobre la ría de Arousa; desde allí puedes ver Cambados, Vilagarcía y O Grove. Y para poder disfrutar de todo este esplendor mientras comes, dispones en la zona de mesas, barbacoas y una fuente.