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Huevos de gallinas alimentadas a base de maíz
El maíz en Galicia, una tradición gastronómica, cultural y etnográfica

El maíz en Galicia, una tradición gastronómica, cultural y etnográfica

Los campos de maíz forman parte del paisaje gallego desde hace siglos. En Galicia hay unas 200.000 hectáreas dedicadas al cultivo de este cereal, que además está ligado a muchas de las tradiciones culturales y gastronómicas gallegas… entre ellas, la alimentación de las gallinas.

Desde que llegó de América, hace unos 300 años, el maíz se adaptó con facilidad a las condiciones climáticas y al suelo de Galicia. Según el historiador Fermín Bouza-Brey, el maíz llegó aquí a principios del siglo XVII y empezó a cultivarse en el norte, en la zona de Mondoñedo, desde donde se fue extendido progresivamente por el resto del territorio.

Su facilidad de cultivo, su sencilla recolección y conservación ayudó a que se extendiera el maíz en Galicia para alimentar al ganado (especialmente las gallinas), para el forraje y también para la gastronomía.

Pan, empanadas y tortas

En la cocina gallega, el maíz tiene grandes recetas que forman parte de la tradición culinaria desde hace muchos años. El pan de millo o pan de brona es uno de ellos. Originario de Galicia y Portugal, es un pan elaborado con harina de maíz y un pequeño porcentaje de trigo, con una miga compacta, sin apenas agujeros y un poco húmeda. Su sabor y su aroma son únicos. También las empanadas de millo es otro de los manjares típicos de Galicia. De xoubas, de zamburiñas, de pulpo, de zorza…  es una delicia digna de probar.

Y en repostería, la Torta de Guitiriz, que cuenta la leyenda que es un milagro de la Virgen. Este dulce típico de la localidad lucense que le da nombre es un roscón esponjoso, con miga compacta y muy amarilla y un característico sabor que enamora cualquier paladar.

maiz-en-galiciaLos hórreos

Y si hay algo unido al maíz en Galicia son los famosos hórreos, una de las representaciones más típicas del patrimonio etnográfico gallego.  Su construcción tradicionalmente estaba destinada a secar, curar y guardar el maíz (junto con otros cereales) antes de desgranarlos y molerlos.

A medida que las cosechas de maíz aumentaban en Galicia, crecía la necesidad de conservarlo mejor. Los tradicionales graneros que se usaban para el trigo o el centeno no eran apropiados para que el maíz secase y estuviese protegido de roedores o insectos, así que aparecieron los hórreos, espacios altos, bien aireados y espaciosos.

A día de hoy se estima que hay unos 30.000 hórreos en toda Galicia, con algunos ejemplares que bien merecen una visita.

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